sábado, 8 de marzo de 2014

Día Internacional de la Mujer para las mujeres transexuales

Cada año me enfrento a los mismos comentarios transfóbicos que mis conocidos homosexuales hacen con motivo del Día Internacional de la Mujer. Pareciera que esperan con ansias este día para publicar todas las frases que estuvieron pensando durante todo el año con el afán de herir y de exhibir su completa ignorancia. Les leo y me lleno de ira, de frustración, de mucha tristeza, y de una infinita decepción. Luego pienso en lo que yo mismo y otros estamos haciendo para hacer de este mundo un lugar mejor y más seguro para todos y puedo tomar un respiro. Pero me resulta inevitable pasar un mal rato. Las frases que leo en Facebook o Twitter van, más o menos, en el mismo tono, haciendo ver a las transexuales como ciudadanas de tercera clase, como mujeres de tercera clase, como si fueran la escoria de la sociedad.

En este día se celebra al ama de casa que contrajo nupcias en la flor de su juventud y ahora tiene dos hijos, una casa, un perro y un gato, pero poco se piensa en aquellas mujeres sumamente valientes que decidieron no casarse ni tener hijos, yendo en contra de las normas sociales y las tradiciones “políticamente correctas” y son señaladas en la familia como “la cotorra solterona”, las mujeres indígenas que van descalzas vendiendo collares en el zócalo y a las que nadie saluda de mano porque “en los pueblos no se bañan”, las mujeres en situación de calle que deben dormir bajo algún puente y están expuestas a las violaciones y abusos de las autoridades judiciales, las mujeres que decidieron que querían ser mujeres y vivir su vida como tal aunque hayan nacido con un género cromosómico contrario. Es en estas últimas que quiero centrar mi atención.

Las mujeres transexuales (aunque aquí me detengo pues el término “mujeres transexuales” me parece incluso discriminatorio. Son mujeres y basta, independientemente de su género cromosómico, pero me referiré a ellas de esta forma para hacerlas notar y darles reconocimiento) son personas que han decidido vivir su vida como mujeres, muchas de ellas prefieren olvidar y mantener en secreto la parte de su vida donde se han visto forzadas a adoptar un género masculino que las hacía infelices y no correspondía con lo que ellas sentían y deseaban para sí mismas. Decidieron tomar los roles de género correspondientes y ahora viven su vida como tal y desean que se les reconozca como mujeres, no como hombres que cambiaron de sexo, desean que se avalen sus derechos y su lugar en la sociedad.

Esta es una situación que choca con lo esperado por una sociedad machista, homofóbica, transfóbica, y misógina, donde ser mujer significa ser una ciudadana de segunda clase, débil, con menos capacidades físicas y hasta intelectuales. Peor aún al tratarse de una mujer transexual, que se convierte en una ciudadana de tercera clase, excluída de los grupos sociales masculinos por haber rechazado ser hombre, y que tampoco termina por ser aceptada en los grupos sociales femeninos por no ser “una mujer de verdad”, a la que se relega a una tercera categoría, una categoría de paria del género, discriminada y humillada incluso por el colectivo queer al que pertenece (El de los disidentes sexuales que incluye a homosexuales, transexuales, travestis, intersexuales, intergéneros, genderqueers…)

Personalmente me parece especialmente absurdo el rechazo por parte del colectivo queer y es este el que más me hiere. Es de suma importancia la identificación con otras personas para formar grupos sociales pues esto genera un sentido de pertenencia e incluso de seguridad. Una persona homofóbica jamás se atrevería a hacer ningún comentario violento rodeado de homosexuales, los homofóbicos siempre agreden verbal y físicamente cuando están en compañía de otros. La transfobia por parte del colectivo queer excluye a las tecno-mujeres, exponiéndolas aún más a la violencia y generando violencia al catalogarlas como inferiores, como aberraciones de la naturaleza. Las mujeres transexuales tienen exactamente los mismos derechos y sus decisiones no deben ser cuestionadas, sino respetadas e incluso apoyadas e impulsadas.


En este Día Internacional de la Mujer yo sí reconozco a las mujeres transexuales, mujeres, mujeres indígenas, mujeres madres solteras. A  todas las que avanzan y luchan para hacer de este un país mejor, con más derechos y educación.

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