miércoles, 13 de marzo de 2013

13 de Marzo del 2013


No sé por dónde comenzar. Comenzaré llamándote por tu nombre porque es lo correcto y siempre me gustó llamarte así. Alberto.

Una serie de acciones desde que desperté esta mañana me hizo llegar a esta carta, la vida puede ser muy curiosa. Perdón, yo aquí hablando de la vida como si…

¿Sabes? Escucho una de nuestras canciones. En aquellos días todo era tan cursi, tú eras tan desmedidamente cursi y yo a veces no te aguantaba. Tampoco mis modos te gustaban pero procurabas ser tolerante, virtud que me sigue faltando. Debí aprender más sobre ti.

Tengo en la agenda del teléfono móvil el número de tu casa y llevo varias semanas intentando llamar pero no he podido ¿Qué podría decir a estas alturas? Con mucha vergüenza me doy cuenta de que ni siquiera sabría iniciar la llamada ¡No recuerdo el nombre de tu madre! Tengo un nombre en la cabeza pero no estoy completamente seguro y no quiero meter la pata.

Tu fecha se me olvidó, ese día se pasó sin que notara su importancia. Días después me lo recordaron y sentí tanta culpa. Quise llorar pero no pude, sólo había una tristeza en el aire que respiraba y una sensación de vacío.


¿Qué podría decirte a ti a estas alturas? Si es verdad que estás viéndome desde algún lugar intangible, ya lo sabes todo. A veces te extraño mucho. A veces quisiera encontrarte conectado en Facebook o enviarte un mensaje de texto sólo para saludarte. A veces quisiera que me enseñaras a bailar ahora que mi coordinación ha mejorado y es menos probable que te de un pisotón.

La última vez que hablamos yo estaba tan ocupado siendo un cretino que la desaproveché ¿Qué hiciste después de colgar? Debí devolverte la llamada, llamarte al día siguiente o buscarte de alguna forma. Lamento tanto tantas cosas que no puedo dejarte ir. Reconozco lo poco saludable de la situación y me hiere el orgullo no ser capaz de actuar de forma madura y racional.

Por cierto, la cámara que me regalaste sigue funcionando aunque dejé de tomar fotos por mucho tiempo. Desde que te fuiste, ya que lo pienso. Pero descuida, estoy tomando fotos otra vez pero ahora con una cámara análoga que me he conseguido y mi mirada ha cambiado.

Debo dejar de escribir porque se hace tarde, hace horas que debí salir, no noté el paso del tiempo. Una última cosa, no te olvido y nunca quise que las cosas quedaran así.

Asahel Morán

No hay comentarios.:

Publicar un comentario